Pitingo suena en el coche, que avanza lentamente sobre el asfalto. La playa no es suficiente para calmar nuestro instinto, quizá sí para darnos cuenta de que el final no será tan doloroso como preveíamos.
Acabo de ducharme. El vaho del espejo me recuerda tu figura, tus anhelos, aquella pose fingida, los besos a destiempo, el amor no correspondido y el deseo.
Sí. Lo confieso. Te deseo tanto como a mi vida. Ayer, ahora y siempre. Te deseo porque tu boca sólo dibuja figuras perfectas, porque en tus labios me veo reflejado, porque tu piel y tu bosque siluetean entre mis recuerdos como si nos conociésemos de toda la vida.
Mi pijama hortera y el tuyo se parecen demasiado, ¿sabes? Como tu risa y la mía, a veces escondida, inapreciable, serena. Prefiero la rendición y la música a todo volumen que la victoria lejana. Prefiero sentarme cada mañana a tu lado, tener que volver a reconocerte a diario mil veces antes que dejarte marchar. Prefiero dejar pasar mil días para que vengas a buscarme a la esquina donde nos conocimos a discutir y ser cobarde.
Como quien no quiere la cosa Pitingo termina su killing me softly mientras ambos tarareamos el estribillo para nuestros adentros. La playa sigue intacta. Las olas nos deja aislados mientras golpean con una violencia extrema y bella el muro que ambos hemos construido para defender nuestras cabezas de los vaivenes del corazón.
Ccmo quien no quiere la cosa nos despedimos. Hemos elegido volver una noche más a esa habitación ajena, a esa casa de color rojo intenso, a ese deambular de periódicos prestados, miradas robadas, regalos recién abiertos y sexo de contrabando.
Mira la luna y piensa en mí. Me dijeron hace poco que si la miramos a la vez aunque estemos muy lejos el uno del otro será como si estuviésemos juntos. Yo lo hago ahora y pienso en restaurantes prestados, en perfumes baratos y en playas desiertas a medianoche.
El vaho de mi baño se disipa pero tu alegría no se marcha. Pitingo vuelve a sonar. De forma obsesiva repite una y otra vez que lo mate suavemente...
Mañana volverá a amanecer y seguiremos juntos. Será para siempre.
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