Hace poco alguien me dijo que algún día veré publicados mis libros, que tendré el reconocimiento que piensa que merezco. Esa persona también me pidió que no me olvide entonces de firmarle un ejemplar dedicado. Que recuerde su nombre, sus ánimos, su aliento.
Eso por descontado. Sabes que lucho a diario por ser mejor persona; sentirse perdedor y mediocre no es una buena cosa, creedme.
Pero mis pretensiones no van por ahí. No anhelo la fama, ni el reconocimiento. Si acaso la caricia. La mirada. Apenas el agradecimiento.
Sí. Es cierto que he llegado a cumplir aquel sueño de inconsciente o iluso de vivir de escribir. Maldito destino. No , si al final vamos a llevar razón quien creemos en él...
Estas líneas son sólo para agradecer los ánimos de todos aquellos, más bien pocos, que habeis estado ahí siempre. Estas palabras juntas en un mismo texto son para quienes habeis confiado en mí ciegamente, incluso quiero que sirvan para agradeceros a todos vosotros, los que habeis dudado en algún momento, vuestro tesón a la hora de recordarme que nunca me sentiré realizado en una profesión que no siento como mía pese a que se parece mucho, muchisímo, a lo que siempre quise hacer...
Con ser capaz de lograr expresar lo que siento en un papel y que os guste me conformo...
2 comentarios:
Aurea mediocritas, querido amigo... Siempre me gustó ese latinajo porque resumo lo que siempre he querido ser... alguien que está en el dorado punto medio. Mediocritas. Punto medio, que no mediocridad. Con esa acepción, sí que quiero ser mediocre...
Por cierto, mientras siga existiendo una persona que te lee, ya vale la pena.
gracias bo. y estoy de acuerdo. merecerá la pena.
un abrazo
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