Qué importa el sufrimiento cuando la recompensa está tan cerca...
Qué importa el dolor, la lástima o la condena cuando tus brazos están ahí siempre para arroparme cuando más lo necesito.
La chica de azul es despistada pero me gusta. Ella calma mi desesperación, soporta mis penas, me hace más fuerte, me sorprende, casi me envenena.
Qué importa el decoro cuando el alma vuela. Qué importan los demás cuando sólo la ves a ella.
La chica de azul sonrie y llora a partes iguales. Cuando gime me emociona. Cuando duerme, lo confieso, me enamora.
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