De qué sirve el triunfo, de qué las palabras escritas, de qué las exclusivas, de qué sirve el mundo a tus pies, la vida por delante, el minuto antes del examen, el incienso de las iglesias.
De qué sirve Madrid en avión de ida y vuelta en el mismo día.
De qué sirven los políticos que se marchan y los que nunca dimitirán por más que se lo pidan sus votantes.
De qué sirven los falsos amigos, las malas compañías, de qué sirven las ruedas de prensa depié, de qué el mundo al revés, o los reveses del mundo.
Cuando leais estas palabras yo ya estaré en Madrid.
A quien haya pensado en mí y me haya deseado un buen viaje, daros las gracias.
A quien no lo haya hecho, da igual. Hace tiempo que salisteis de mi vida.
PD. Sólo era cuestión de tiempo.
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