
-Te quiero, y aún en los peores momentos no he dejado de hacerlo. No conozco a nadie más íntegro que tú; eres inteligente, sensible, fuerte en convicciones, cariñoso, perdonas siempre... No puedo imaginar a ningún otro hombre mejor que tú para ser el padre de mis hijos"-, le dijo Nadia.
Nada más leer esas palabra Manuel se dio cuenta de que había alcanzado la felicidad y de que por mucho que girara, su mundo siempre estaría al lado de ella...
Gracias cariño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario