En tiempos donde nadie sabía casi nada el mundo giraba más deprisa.
Eran tiempos de mediodías aburridos, de madrugadas locas, de autobuses llenos de gente y de cervezas con amigos.
El hostal Villa era nuestro refugio. Allí pasamos nuestra primera noche de amor a sólas, pagando a medias, ruborizados por tener que enseñar el DNI para demostrar que éramos adultos pero con el corazón acelerado por la experiencia.
Eran tiempos de deslices, de amaneceres en la orilla de la playa, de escaleras con amigos, de buenos días y mejores noches.
Aquellas sábanas, con olor a pasión desenfrenada, eran suficientes para tapar nuestras verguenzas. Eran tiempos de libertad, de miradas furtivas en los bares, de saludos adolescentes, de huídas hacia delante sin pensar en nada más.
El Oasis también nos vio pasar algunas veces. Siempre a medias, las noches eran cada vez más cortas, el champán servía para inhibirnos del paso del tiempo, y las cámaras inmortalizaban la guerra de almohadas minutos antes de morir de pasión.
Eran tiempos de coches en primera y sin carnet, tiempos convulsos en carnavales, tiempos de crecer, de aprender que no éramos invencibles pese a que siempre lo pensamos, eran tiempos de amor y de odio, de miedo y valor, de sentimientos encontrados, de sentirnos amados pero sobre todo de amar.
El hostal Villa sigue intacto, pero ya no funciona como refugio de amantes; ya perdió su encanto, su aire de transgresión, el impacto de su nombre.
Por su parte, el Oasis sigue manteniendo todo el encanto que tenía y sus vistas desde la primera línea de playa, pero ya tampoco funciona como refugio de la pasión, harto de orines en su puerta, de movida poco alternativa y aterrorizado por un futuro de azulejos verdes como los que en su día estrenó.
Eran otros tiempos. Tiempos en los que nadie sabía casi nada. Tiempos de amar y sentirse amados.
1 comentario:
Joder Jesus tengo que hacer algo contigo, sin guarrerias eh!, no sabes como llegas, no me gustan esos libros ñoños rosas o sentimentales pero creo que deberias hacer algo, aqui estoy pa ayudarte, lo de la Villa Celeste... buah.. casi lloro... como transmites tio !!
Andres
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