sábado, 2 de enero de 2010

COMO YO

Si algún día despiertas y me ves esperando en la calle, sabrás que yo soy aquel hombre que te enviaba poemas, aquel hombre que aprendió a no desesperar en medio de una ciudad desconocida.

Desnúdate. Hazlo por última vez para mí. Como si el día y la noche hubieran pactado un instante de paz, como si tu destino y el mío caminaran juntos y los tragos largos a esta copa supieran a gloria.

Si algún día te vas y me olvidas, recuerda que seguiré aquí, esperándote, en medio de esta ciudad abandonada, henchida de odio y carácter, rogando por las esquinas que en aquella ventana, tras aquellos cristales mojados por la lluvia y el viento, tú sigas desnudándote para otro como yo, para otro más alto y apuesto que yo, para otro menos rudo, más poderoso, para otro amante del placer prohibido y de la noche como yo.

No hay comentarios: