miércoles, 3 de febrero de 2010

EL CAPÓ

Calle sin salida. Dos y media de la madrugada. El capó está helado, y los ojos de los curiosos desvelados nos miran.

El pelo suelto, las botas altas, la falda plisada, el abrigo solicitado, la vida pasa.

El invierno sigue sobre nosotros. La paz del silencio, la sonrisa del whisky con soda, el traqueteo del tren, el suelo a medias, los no y las entradas prohibidas.

Calle sin salida. Dos y media de la madrugada. El taxímetro del taxi sigue su camino. La policía deambula, los borrachos caen sobre las aceras, la ribera se mueve, las puertas se cierran, las barras se agitan, las chicas bailan.

Mi gomina se despeina, las manos se agarran, los besos nos aislan, el silencio nos conmueve, los jadeos nos igualan.

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