domingo, 4 de abril de 2010

VENDERLE

Trapo en mano, la morena de ojos verdes se afana en limpiar el cristal del mostrador.

Melena al viento si hubiera brisa, mirada nítida, pasada en el cabello cobrizo, brazos largos, pantalón vaquero y chaqueta roja de la empresa para la que trabaja.

La morena de ojos verdes mira. Sonríe. Forma parte de su trabajo.

A los pocos segundos se acerca a un cliente y le da los buenos días. Intenta venderle algo mientras su escote se relaja y provoca. Coge el teléfono pidiéndole a aquel desconocido con un leve gesto que espere un momento. Que en seguida le atiende.


Trapo en mano, la morena de ojos verdes limpia el cristal del mostrador y piensa.

-Si no fueses mi cliente me iría contigo de la mano. Me apetece acostarme contigo.-

Trapo en mano, la morena de ojos verdes termina de limpiar el cristal del mostrador, pero alguien llega de repente y posa sus manos sobre él, dejando las huellas imperturbables de la culpa y el trabajo en balde de ella.

No ha conseguido venderle. Ni siquiera sabe su nombre.
Pero la fantasía ya no se la quita nadie.

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