Que sí, que lo sé, que no debería acostumbrarme a hombros ajenos.
Pero qué quieres que le haga.
Yo no soy como tú, ni como ella, ni como ellos.
Anoche, caminando por las aceras de Conil, recordé el Oasis.
Foto al canto. Foto de recuerdos. Foto de sitios donde fui felíz, y a los que me decía Sabina que no debería volver jamás.
Bueno. Qué le vamos a hacer. Nunca está de más mirar atrás, aunque sea para coger impulso.
Noche de Conil. Sin botellón, pero noche.
Noche de Oasis, habitación llena de polvo, champán a medio enfriar, bañera de espuma.
Que sí, que lo sé. No debería acostumbrarme a hombros ajenos aunque los extrañe.
Hotel Oasis.
De madrugada.
Conil, julio de 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario