jueves, 1 de julio de 2010

PRECIOSO


Aunque lo prometido es deuda, hoy me vais a permitir que no escriba del sudor de las gordas.

No me apetece, sencillamente, porque ha sido un día duro, frustrante, cuasi desolador.

En el fondo me apetece acostarme, correr hacia ninguna parte, amanecer en un nuevo mundo controlado por la pasión, afanado en desordenar cajones y empeñado en amar.

Está bien esa idea de hacer un calendario para el amor, otro para las aventuras, y otro para el desamor. Yo me apunto. Con sus días libres y todo para pensar, platerear y montar en bicicleta.

¿Sabes?, no recordaba ese hombro. No recordaba esa imagen, hallada por casualidad en el fondo de mi memoria visual.

Hoy ha sido un día pétreo, un día moribundo, un día para olvidar.

No tengo ganas de escribir de sudores de gordas, no tengo ganas de volar, ni tan siquiera tengo ganas de soñar.

Definitivamente hoy no voy a escribir del sudor de las gordas.

Además ese hombro ya no me sirve de sustento. Casi he olvidado su suavidad.

Y es una lástima.
Porque era precioso.

No hay comentarios: