viernes, 3 de septiembre de 2010

LOST (dos en rosa)




El rosa siempre me gustó. Señal. Y tanto. Ahora son dos. Rosa las dos.
Sus chaquetitas colgadas en una percha improvisada hacen que se me olviden mis cuitas, que, nunca mejor dicho, lo vea todo rosa, que aspire y sonría, que deje las lágrimas para otro día.

Prometo seros fiel. Quereros y, sobre todo, no repetir errores, soledades ni frustraciones.

El rosa siempre me gustó. Era una señal. Ahora son dos. Rosa. Como mi espíritu, como mi imaginación, como mi memoria.

Prometo llevaros de la mano, prometo escuchar cada palabra que digáis, almacenar en mi memoria cada gesto, prometo intentar ser mejor de lo que intento cada día, acompañaros hasta el fin de mis días en cualquier cosa que hagáis, soñéis o queráis, prometo no perderme ni uno solo de vuestros amaneceres, soñad con vosotras, iluminar el camino que recorráis, tenderos la mano aunque sepáis andar, abrazaros como conmigo nunca hicieron, prometo aprender a volar, prometo jugar, prometo dormir, prometo cantar, prometo reír.

El rosa siempre me gustó.
Señal de que la vida es rosa y de que el rosa nos dará la vida.

Prometido.


Para volver de vacaciones, Lost, de Michael Bublé.
A todo volumen, en un coche (¿rosa?)

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