domingo, 10 de octubre de 2010

PECADOS QUE PAGAR

Las agujas se vuelven locas. Belén Esteban, nuevamente.
Tengo las piernas cansadas, el corazón ardiendo, la paciencia finita.
Vengo de Cádiz. Allí todo gira más deprisa, o más despacio. Según se mire.

Tengo las yemas de los dedos corrompidas por palabras espontáneas. Tengo palabras de cariño, placeres frustrados, pecados que pagar.

Un día alguien vendrá a salvarnos.
Tal vez sea demasiado tarde.

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