jueves, 18 de diciembre de 2008

NUESTRO ALGARROBICO PARTICULAR


Sé que es políticamente incorrecto, pero me importa una mierda. Mirad atentamente la foto. Impresiona, ¿verdad? Yo no salgo de mi asombro. Hay quien piensa que es una aberración que no lo hayan derrumbado ya, que no hayan convertido esta mole de hormigón en arena para rellenar cincuenta playas después de un temporal.
A mi, personalmente, no me asombra. Después de ver lo que tenemos por aquí, en esta aldea venida a más (obsérvese que ya ni siquiera le concedo el calificativo de pueblo), no puedo más que echarme a temblar.
El Algarrobico (bonito nombre, desde luego), no es nada comparado con las aberraciones que hemos permitido en esta parte del mapa. Pero da igual. Lo ilegal mola, gusta, es hasta lícito porque en un momento dado no pudimos acceder a otra cosa. O eso dicen.
La costa gaditana está repleta de Algarrobicos. A pequeña escala, Tarifa, Bolonia, Conil, Roche, Chiclana, Barbate o El Palmar acogen o acogerán sus particulares Algarrobicos. Y no pasa nada, nadie se escandaliza aunque el delito es el mismo. El delincuente también.
Y quienes deben velar porque a ningún pocero de andar por casa se le ocurra meter la primera grúa en ese entorno qué hacen mientras los tribunales declaran ilegal (hasta en tres ocasiones), este complejo fantasma, titular de grandes periódicos y adalid del desmadre urbanístico nacional...
El Algarrobico se ha convertido en un símbolo. Sin duda lo es. Pero a todos aquellos que se escandalizan con la contemplación de esta aberración yo les invitaría a que se dieran una vuelta por Málaga, Cádiz, Tenerife, Palma y tantos y tantos rincones del litoral.
Sí. Sé que ahora me dirán que si el desarrollo económico, que si hace falta generar empleo y no sé qué milongas. Vale. Acepto Algarrobico como hotel ilegal de compañía, pero por favor, no me sean hipócritas...
Lo que es inaceptable allí también lo es aquí. Si se tira este hotel habría que tirar docenas por toda la península, en el límite mismo de los 100 metros (¿no eran 200?) de costa y dominio público marítimo terrestre (preciosa expresión), debe haber cientos; habría que reordenar tantísimos espacios libres que casi habría que reelaborar los mapas que conocimos de pequeños si es que no se han reelaborado ya.
Es más. Pienso que el Algarrobico debería quedarse en pie muchos años. A lo mejor esa es la única manera de que recordemos de lo que es capaz el ser humano en su afán de destruir.

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