sábado, 3 de enero de 2009

2009

El año que acaba de invadirnos se presenta movidito en lo meramente político dentro de esta ciudad donde mal convivimos. Yo, personalmente, preferiría huir antes de que la quema me salpique, si es que no lo ha hecho ya. ¿Conoceis algún restaurante donde haga falta un camarero? ¿O un campo de golf donde llevar y traer guiris en furgonetas sudorosas?...
Me da lo mismo. Casi he perdido la vocación por este maldito trabajo, tras años de explotación prolongada en el sentido más estricto de la palabra, mis anhelos comienzan a ser diferentes a ir a una rueda de prensa de Manolo Guerrero para oír lamentos bolivianos.

Quizá en aquel momento de crisis que tuve hace unos años hubiera sido la mejor opción haberse marchado de este mundo y empezar otra aventura distinta. Total, lo que yo hago puede hacerlo cualquiera mucho mejor. Y más barato. Y mi vocación ya no es suficiente para nadar contra los tiburones como al principio. Ser policía no era mi sueño, lo reconozco, pero quizá esa hubiera sido una manera de lanzarme a otro universo, de conquistar tierras lejanas y aventurarme en lo más profundo de la espesura de selvas desconocidas. Joder. Que cursi. Con lo fácil que es decir que me hubiera ayudado a largarme de aquí. Incluso me estuve un tiempo preparando, ¿sabeis?. Pero estaba convencido de que no sería felíz, incluso dudé que fuera capaz de aprobar una plaza; yo seguía soñando con escribir, (con vivir de escribir, qué iluso), y contar historias.

Ahora, años después, me doy cuenta de que lo único que se torció en mi destino particular es que no tuve la valentía necesaria para devorar kilómetros con mi querido Phil en el cargador del coche y no regresar jamás. Me aterrorizaba la idea sólo de pensarlo.

Frente a lo que pudiera parecer, algunos ya lo han hecho. Salir de aquí, digo. Mientras, otros de los que me han acompañado en esta senda en los últimos años siguen en su empeño de optar de por vida a una plaza de funcionario. Y los más listos, aquellos que pretendían comer del plato y de la tajá, como vulgarmente se dice, ahí siguen, frustrados, empecinados en verter líquido inflamable en ojos ajenos, y deseando que su muñeca rusa particular se abra y deje salir la mala leche que llevan dentro. Todo el mundo se merece una oportunidad querido. La amiga del capullo también.

Tengo la sensación de que 2009 va a ser un año de cambios. En lo bueno y en lo malo. Y no sólo para mí, sino para otras personas que me rodean y que tampoco son capaces de perseguir su sueño con suficiente valentía. De cualquier manera no descarto un nuevo intento. Tras fallar dos veces en la diana conviene tirar el tercer dardo. Lo más problable es que entonces sí se acierte.

A partir de ahora voy a tratar de prestar más atención a las señales externas que me rodean. Proyectos hay, y habrá más, ya sabeis que no puedo estarme quieto.
Quizá sea cuestión de elegir, de presionar, y de ejecutar, por ese orden. Renunciar nunca fue mi estilo, yo soy de los que mueren con las botas puestas, aunque no me guste en algunas ocasiones acabar extasiado.

Acabo de mirar el tiempo que hace en Madrid. Qué coño me importa a mí el tiempo que haga en Madrid ahora mismo.. Los retrasos en Barajas son portada en medio universo digital. Como si un retraso en un aeropuerto fuera noticia... Creo que hemos perdido el norte, sobre todo yo.

Como siga mucho tiempo sin horizonte ni objetivo a medio plazo me voy a volver loco. Fijaros. Si incluso me ha dado por meterme de vez en cuando en el blog de José Pedro Butrón, que ya es masoquismo. Ahora bien. Debo confesaros que me ha sorprendido gratamente. No se si será él quien los escribe, (imagino que sí), pero debo reconocer que sus posts son ingeniosos, que sus comentarios están hasta bien planteados y que se repite más bien poco, algo que ya es de agradecer. Confieso que lo sigo a diario, más aún desde que hizo la denuncia de la famosa valla del Román-tica que tanta guasa tuvo.

Por lo demás la tarde discurre con normalidad democrática (que diría ZP). Mi trabajo absorbe parte de las horas muertas en este fin de año desastroso y las que quedan las aprovecho en encontrarme de nuevo a mí mismo. Pero cuesta.
El blog de Andrés Latorre es otro de los que me gustan. Su afinación es tal que en ocasiones encuentro la inspiración que me falta en pequeñas cosas, fotos adjuntadas o videos del dichoso y fraternal youtube. Tono y Rabia y Reino de Taifa son otros dos de mis lugares diarios de peregrinación. Ellos lo saben. Al fin y al cabo no nos queda más remedio que luchar unidos en esta causa común de la vida. Tampoco me pierdo los esquemas mentales de Chapu en su Nadando con Chocos ni de mi admirado Garret, con quien comparto el gusto por Barataria.

Como empecé diciendo. Creo que 2009 va a ser un año complicado, y no sólo por la maldita crisis, que también. Cuando la vocación y la ilusión se pierde sólo hay una forma de recuperarla. ¿Alguien me ayuda?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En Madrid llueve, y no es por casualidad...

Miguel A. dijo...

Hola amiguito. Algunos salimos del infierno chiclanero y aunque hace frio, me estoy divirtiendo. Temí por dar este paso, pero esos trenes hay que cogerlos cuando pasan...

Jesús Aragón dijo...

yo he dejado escapar mucho trenes, lo mismo nunca tuve valor para montarme en ellos... o quizás sea el destino...

la crisis mengua, pero no cesa..

un abrazo