miércoles, 13 de mayo de 2009

LA PRINCESITA

Un día en el bosque, la princesita se preocupó. Sus zapatos le estaban grandes,el vestido se le había manchado de carmín, la voz se le había quebrado de tanto gritar en medio de la nada.

Sin embargo ella seguía teniendo bien agarrado con una de sus manos a su muñeco, y las flores recolectadas minutos antes seguían en su poder como si fuesen un verdadero tesoro.

Otro día, cuando la princesita despertó, se dio cuenta de que a su lado, muy cerca de la almohada donde había dormido toda la noche, seguían su muñeco y sus flores.

El tercer día la princesita comprendió que el secreto de que aquellas flores nunca se marchitaran y de que la sonrisa en los labios de su muñeco azul cielo fuera permanente, era la ilusión con que ella los había querido, el cariño con el que los había cuidado, la dulzura con la que lo miraba.

Aquella princesita, su muñeco y sus flores nunca cambiaron. Ella siguió siendo pequeña para siempre. El muñeco azul cielo siguió sonriendo, y las flores siguieronn oliendo tan bien y siendo tan bellas como si nunca nadie las hubiese arrancado de la nada.



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