No es justo que la niña haya sido mordida por el perro. No es justo que la política de privilegios a quien no los merece. No es justo que el sol queme mi espalda como lo ha hecho. No es justo que mi teléfono no suene con tu voz al otro lado, no es justo que la sal del mar se venga conmigo a casa y siga pegada a mis rodillas.
No es justo que el perro haya mordido a la niña. No es justo que los aviones sean tan caros, que Cristiano tenga esos abdominales y yo esta panza. No es justo que el los contertulios de la televisión discutan en lugar de conversar, no es justo que la comida hindú esté tan rica, no es justo que nos hayan convencido que trabajar dignifique, no es justo que el jefe huya premiado y los demás nos quedemos aquí, atados como debía haber estado el burro que hay debajo de mi ventana.
No es justo que la niña acabe en un hospital por la mordedura de un perro, que ni era salvaje ni era peligroso.
Quién dijo que la vida era justa.
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