Nueve años de sol y de sombra planean sobre mi cabeza cada vez que pienso en la mala hierba que un día pisábamos.
Nueve años de torturas, de lamentos, de pereza; pero nueve años también de ilusiones, de planos, de carreras de fondo.
Nueve años de sueños rotos. Nueve años de llantos y cumpleaños sin celebrar.
Nueve años de generaciones perdidas, nueve años de coches mal aparcados, de fútbol de domingo con botas nuevas, de humo denso de cigarros prohibidos, nueve años de viajes a ninguna parte, de comuniones ajenas, nueve años de familia prestada, nueve años de Conil a diario y un casco de bicicleta que no servía para nada.
No puedo quitarme de la cabeza esos nueve años de resaca, esos nueve años de amigos que se irán.
Fueron nueve años de maldiciones.
Nueve años de abrazos rotos, de penas en un portal, nueve años de lucha, de exámenes finales, nueve años sin tí la mitad, nueve años de verdad...
No hay comentarios:
Publicar un comentario