En dos días puedo pasar del amor al odio. En dos días puedo devolver lo comprado, morder el polvo, romperme los huesos, nadar hasta perder la conciencia, volver a caer tras levantarme, dejarme las rodillas de reptar hasta mi madriguera tras la enésima bronca laboral.
En dos días puedo dejar de quererte, puedo olvidar, puedo quedarme sin voz de gritar a solas que me siento solo. En dos días puedo salir a pasear en barco y naufragar, puedo recordarte un millón de veces, aprender a volar cometas, recordar.
En dos días puedo hacerte el amor cuarenta y cinco veces seguidas, puedo jadear tres millones seiscientas cuarenta y dos mil veces, puedo contagiarme de la gripe A otras tres, en dos días puedo aprenderme la letra, incluso puedo intentar aprender a cantar.
En dos días el cielo se vuelve rosa y negro varias veces. En dos días dos películas, en dos días un remedio casero contra la soledad, en dos días puedo caminar cien kilómetros sin dar un solo paso, puedo acentuar todos los mí y tí que no lleven acento del mundo, puedo estudiar y dejar de estudiar, puedo vencer, puedo derrotar, puedo aprender, soñar, dormir, volar, madrugar y amar, en ese orden.
En sólo dos días mi camino puede quedarse sin kilómetros. En dos días puedo divisar el horizonte que nunca se alcanza, en dos días puedo imaginar que he sido yo quien te besó por última vez, puedo dormir y despertar, puedo perder y ganar, puedo contar las nubes y las nubes me pueden secuestrar.
En dos días. Sólo dos. En dos días puedo aprender y olvidar, gustar y disgustar, puedo conocer y perder, puedo ganar y olvidar.
Dos días son suficientes. En dos días. Sólo dos.
(Dedicado a quien antes que yo escribió Dos Días). Plof
No hay comentarios:
Publicar un comentario