domingo, 18 de octubre de 2009

EL INVIERNO EN TUS MANOS

Mientras dormías me escapé por la ventana y te extrañé tanto que no tardé ni cinco minutos en volver.

Mientras dormías el frío heló mi deseo y me volvió abstemio.

Mientras dormías te perdiste mi regreso, recuperaste el pulso que hacía meses que no sentías y volviste a soñar con ángeles y demonios vestidos de rojo y blanco.


Mientras dormías el invierno se posó en tus manos y lo agarraste con fuerza, como cuando el columpio de aquel vetusto jardín te llevaba cada segundo al cielo.

Mientras dormías soñaste conmigo, recuperaste la sonrisa y fuiste felíz.

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