martes, 10 de noviembre de 2009

JOSÉ ANTONIO CASANUEVA

Cómo un abuelo puede guardar la serenidad de esa forma.

Cómo unas entrañas abiertas son capaces de conservar su compostura, cómo un cariño puede convertirse en odio contenido, cómo la vida no se muere al convertirse en muerte.

Cómo un abuelo que ha educado, criado y perdido puede mantenerse erguido frente al dolor, hablar sin emocionarse, pensar sin morirse.

Cómo ese abuelo no puede odiar, no quiere olvidar y sí luchar por su nieta con los ojos vidriosos pero no rotos, con las manos gastadas pero no derrotadas, con el corazón sereno pero el alma abierta por encontrarla...

No hay comentarios: