sábado, 6 de febrero de 2010

LA MEMORIA OLVIDADA

Tengo, sé, quiero y no puedo.
Quién eres. Dónde estás. Por qué no me hablas.

Aquella tarde comprendí que ya era tarde. Te habías marchado, habías ido y vuelto y vuelto a marchar. Tumbada. Con los ojos abiertos. Hablabas mientras mirabas mi cara sin reconocerme.

Aquella tarde comprendí que ya te habías ido para siempre. Que tu memoria olvidaba, que tus recuerdos no eran suficientes para anclarte a tu pasado, que tú y yo no éramos los mismos.

Cuenta. Viene. Recuerda. Consigue. Muerde.

Cuando tus ojos se encontraron aquella tarde con los míos no me viste.
Cuando pronunciaste tú nombre no recordaste el mío.
Cuando la vida nos volvió a unir la memoria olvidada se encargó de separarnos.

No hay comentarios: