Hoy toca de nuevo lamernos las heridas, recuperar el prestigio perdido, cambiar de aires, acabar con esta maldita fiebre que me ataca sin compasión desde hace días, sentirnos protegidos por quienes nos quieren.
Hoy toca de nuevo dormir más horas de la cuenta, despertar, dar media vuelta y volver a soñar, apagar el despertador de nuestra memoria y seguir dormidos.
Hoy toca olvidar, de nuevo olvidar si es que podemos, que somos vulnerables, que nos gusta el blanco y el negro. Hoy toca escribir, luchar, vencer o morir.
Hoy toca el apagón, la crisis del ladrillo, la lucha diaria del teléfono echando humo y de la presión.
Hoy toca tu cuerpo fundido con el mío. El goce del retoce consciente, buscado, consentido.
Hoy toca echar el cierre a esta semana de lujuria y decepción.
Hoy toca degustar el cielo sin tocino, probar cosas nuevas, cocinar algún medicamento para la ensoñación que nos siente bien y que acabe con nuestros fantasmas. Hoy toca lamernos las heridas y grabar a fuego en nuestras conciencias que somos lo que somos por haberlo vivido y que nunca dejaremos de serlo por mucho que intentemos olvidar aquello que fuimos...
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