viernes, 9 de abril de 2010

A LAS CÁMARAS


Tengo la costumbre de sentarme en el mismo sitio, siempre.
Llevo conmigo la manía de estar el último en las ruedas de prensa, de dar la espalda a las cámaras, de esperar las contestaciones de los políticos que ni saben ni quieren aprender desde el último rincón de la sala.

Me pongo nervioso, oscilo mi bolígrafo y me muerdo las uñas, cuando llego tarde a alguna parte. Siempre llego pronto, más pronto de la cuenta. Y tengo que esperarte.

Yo tengo la costumbre de mirar a los ojos. No me gustan quienes desvían miradas, quienes espían o quienes hablan sin decir nada.

Tengo un plan. Voy a volver a sentarme en esa misma silla. Voy a volver a llegar tarde. Me ofrezco a volver a llevarte.

Tal vez así pierda mi miedo a allanar moradas, a descubrir informes médicos que no diagnosticaban nada bueno, a descubrir que la mujer lo vio todo, que su niña llora porque sabe que lo sabemos, que ese maldito perro me ha llenado el pantalón de barro y de babas.

Tengo la costumbre de llegar pronto, la manía de sentarme el último, la conciencia de dar la espalda a las cámaras.

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