Sueño
Gael no solía creer en espíritus. Con treinta y cinco años recién cumplidos, su madre le regaló un billete de avión, solo de ida, a España. Estudiante de Bellas Artes, el joven argentino había soñado toda su vida con conocer la Alhambra, y apenas quedaban unos minutos para que el autobús que lo conducía desde el aeropuerto hiciera la última parada en el Sacromonte. Desde allí Gael tenía previsto caminar unos minutos para estirar las piernas y conocer en primera persona todo aquello de lo que había oído y leído tanto. Faltaban unos minutos para las once de la mañana, el día era caluroso y un músico callejero llamó su atención. Sentado sobre su única pierna, con barba de una semana y una pequeña gorra de cuadros, su pequeño violín desparramaba notas por la plaza.
Tras agradecer las monedas que el argentino depositó en su plato de plástico, el músico miró a los ojos a Gael y le dio un papel arrugado. -Escribe aquí tu sueño y guárdalo. Cuando veas a alguien que creas que tiene un sueño parecido regálaselo-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario