domingo, 12 de octubre de 2008

EL NIÑO QUE QUERIA SER SUPERMAN

Ha muerto, pero felíz. Ese pequeño de Albacete quería imitar a su ídolo en la pequeña pantalla, y lo consiguió sin pensar en las consecuencias que ello tendría para sus padres, en concreto para su madre, que veía la misma película, que compartía los sueños de su hijo, pero a la que le cambiaron el final de la historia, un final desesperado, desconsolado, trágico.

Tenía sólo nueve años y, al parecer, algún problema mental. Da igual. En sus últimos segundos de vida seguro que pensó que era Superman, murió felíz mientras imitaba a su ídolo, mientras se sentía superpoderoso por unos instantes, mientras aprendía que la vida es más que lo que uno puede ver y tocar.

En la imaginación de ese niño de Albacete Superman nunca moría y siempre salvaba a los buenos de la intransigencia, la incapacidad y la soberbia de los malos. Él quería se como Superman, quería volar como Superman, seguramente querría salvar a su madre cuando la crisis económica la ahogaba, ayudarla a llevar a casa las bolsas de la compra, eliminarle los malos de su vida como hacía Superman; ,seguramente ese niño de Albacete soñaba que algún día podría vestirse con la capa azul y roja, llevar la S gigante en el pecho, seguro que soñaba con volar.

Ese niño aprendiz de Superman ha dejado tras de sí una historia desoladora por la tragedia que conlleva, pero a mí me parece todo un héroe. Él soñó, voló, consiguió por fin ser como su héroe favorito de las películas. Sí. Sé que no servirá de consuelo a sus familiares que muriera felíz, que es un final muy triste para una vida que recién comenzaba, pero me gustaría mirar más allá, ver que en el fondo de todo este asunto está la crueldad de la vida, pero también la sencilla lectura que da un niño, con su inocente mirada, a esa misma vida, a la vida y a la muerte, al destino.

Y reconozco que si debo morir pronto, me gustaría morir como él. Volando, sintiéndome ese héroe que seguí desde pequeño, con mi máscara, mi capa y mi S gigante en el pecho. Si debo morir hoy me gustaría morir como Superman. Como ese niño de Albacete. Felíz.

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