domingo, 23 de noviembre de 2008

PEKIN EXPRESS


Viajar es el sueño de muchos, pero pocos pueden hacerlo de forma regular. Sin duda, es una de mis pasiones. Con más tiempo y dinero me volvería un Phileas Fogg de andar por casa, nunca estaria mas de cinco días en la misma ciudad, devoraría kilómetros sin piedad y volvería a casa, como decía el anuncio, sólo por navidad.
Pekín Express es un programa de televisión que seguro que conoceréis. He tenido la suerte de seguirlo y aparte de las consideraciones meramente televisivas y de espectáculo, que cada semana que pasa son más por desgracia. hay que reconocer que la idea tiene un poso de aventura, de destino y de sueño que me fascina.
Yo haría encantado un viaje sin rumbo. No tengo predilección por el destino, pero sí por viajar sin prisas, sin calendarios, sin relojes, difrutando de la aventura como un niño. Yo haría encantado un viaje de mil y un días, una excursión sin fecha de vuelta, yo viviría una aventura sin fecha de caducidad, sin ataduras, sin final.
Viajar abre la mente, eso es un tópico y una verdad como un templo.

Pasear por ciudades desconocidas, donde nadie te reconoce, es una de las sensaciones más especiales que puedes sentir. No hace falta ir muy lejos para viajar. Tampoco tener demasiados recursos, como este programa de televisión ha demostrado.
Para viajar hacen falta imaginación, ganas e ilusión. Yo, de las tres cosas, siempre andé sobrado.

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