lunes, 19 de enero de 2009

MIRANDO AL CIELO...

Ni una docena de tabletas de chocolate Cardbury de frutas del bosque y almendras me quitaría la mala leche que tengo. El cansancio de levantarme tan temprano para ir a un puñetero Pleno de pamplinas ha dado paso al agobio por la acumulación de temas. Ni cinco minutos me ha durado. No merece la pena y soy suficientemente diligente para solventar los problemas. Pero no soporto esos tres teléfonos sonando a la vez. Voy a tirar uno al W.C. , otro al cubo de la basura, y el tercero, para variar, por la ventana...
Son las 19,25 horas de la tarde de un día para olvidar. No he podido ir a comprarme 'Once minutos', el libro de Paulo Coelho que quiero que alguien me regale mañana (mientras espero para leer la segunda parte de 'Donde el corazón te lleve'). Para colmo se me acaba de bloquear el ordenador prehistórico que tengo, mi jefe trata de apuntarse tantos que no le corresponden y de fondo, miles de peces muertos en el Iro (menos mal que mi colinegro y colinaranja no están entre ellos, que por cierto, tengo que echarles de comer, que los tengo a dieta).
Total. Que como no tengo ganas de hacer nada mientras espero si Polanco cierra o echa hasta al tato, pues aquí estoy, tecleando unas cuantas líneas para desahogarme.
De mañana no pasa. Iré a nadar para relajarme el mal humor y rebajarme el estrés. Estrenaré mi bañador nuevo talla XXXL a ver si con un poco de suerte me ahogo...
Por ahora os pongo una canción. Es de Huecco. Mirando al cielo creo que se llama. Muy propicia para bajonazos y agobios. También para viajes largos en pareja, ¿cuántas veces la habremos escuchamos camino de Salamanca?...
Espero que os guste.
Y si no que os den.

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